En cuatro clubs visitados el viernes por la noche era posible comprar tras investigar con sigilo. En el primero de ellos, un bar de moda, el dueño había dado la exclusiva al camello. "Así se asegura que mucha gente vendrá a hacer la primera copa para pillar", explicaba un cliente, de 19 años.

El suministrador llevaba los bolsillos a rebosar de manzanitas , las más pequeñas del mercado --verdes-- y, según los consumidores, "buenísimas". "En Andalucía dicen que vienen muy puras pero es al revés, ahora muchas ni llevan MDMA --éxtasis--, y sólo llevan anfetas o efedrina, que no sube nada", contaba otro adepto, de 22. La baja concentración es una de las causas del aumento de las dosis. En países próximos como Holanda --uno de los principales productores-- los camellos alertan de que debe probarse media "y llegar a una como mucho". En Barcelona o Madrid, están tan adulteradas que muchos jóvenes las toman enteras y acumulan tres o cuatro sin problemas, incluso más si aspiran a reengancharse hasta completar un fin de semana sin sueño.